Plasma Rico en Plaquetas (PRP): Presentación de Caso Clínico
El plasma rico en plaquetas (PRP) es una herramienta terapéutica innovadora para tratar diversas patologías tendinosas y de desgaste articular. Entre estas se incluyen tendinopatía aquilea, fascitis plantar, desgaste articular de la rodilla y epicondilitis, especialmente en pacientes refractarios a otros tratamientos.
Indicaciones y Ejemplos Clínicos
El PRP se considera una opción cuando las terapias convencionales no han resultado eficaces. Algunos casos representativos incluyen:
- Epicondilitis en trabajador manual:
Un paciente de 51 años, trabajador manual, presentaba dolor crónico en el codo derecho con más de un año de evolución. Los tratamientos previos no lograron aliviar los síntomas. - Fascitis plantar en deportista habitual:
Una paciente de 45 años, que realizaba actividad física tres veces por semana, experimentaba dolor en el talón derecho, especialmente al levantarse. Al igual que el caso anterior, había probado varias opciones terapéuticas sin éxito.
En casos de degeneración articular, el PRP se utiliza para aliviar los síntomas y retrasar procedimientos más agresivos, como los reemplazos articulares.
Tratamiento con PRP: Proceso y Ventajas
El procedimiento de infiltración de PRP se realiza en quirófano bajo control ecográfico, utilizando el sistema ACP. Este sistema permite obtener una alta concentración de plaquetas y factores de crecimiento de la sangre del propio paciente mediante un diseño cerrado, que garantiza un manejo seguro y eficiente.
Principales características del sistema ACP:
- Sistema cerrado para mayor seguridad y rapidez.
- Diseño de doble jeringa que facilita el procedimiento.
- Exclusión de leucocitos, especialmente neutrófilos, para evitar efectos perjudiciales en el proceso de curación.
El procedimiento es rápido, asequible y menos invasivo que otras opciones terapéuticas.
Resultados Clínicos
El tratamiento con PRP ha mostrado resultados positivos en pacientes con tendinopatías crónicas refractarias. Un ejemplo es el caso de un paciente con tendinopatía diagnosticada clínicamente y confirmada por imagen, que recibió tres infiltraciones de PRP bajo control ecográfico cada 2-3 semanas.
Protocolo posterior al tratamiento:
- Reposo relativo tras cada infiltración.
- Reintroducción progresiva de la actividad física.
- Valoración continua del progreso en consulta antes de cada nueva infiltración.
Resultados:
El paciente reportó mejoría notable a partir de la segunda infiltración. Tres meses después de completar el tratamiento, había recuperado su práctica deportiva habitual sin molestias significativas.